Ese amor tan grande de Dios lo podemos y debemos fortalecer y aprovecharlo amando a Dios por sobre todas la cosas y personas. También lo fortalecemos no amando las riquezas más que a Dios, lo fortalecemos amando a Dios por la obediencia a su palabra y lo fortalecemos amando al prójimo. Esta experiencia de amar nos asegura que Dios está con nosotros.
Entonces…
1.El primer mandamiento es amar a Dios.
La Biblia dice en Marcos 12:33: Y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios.
2.Amar a Dios antes que a las riquezas.
La Biblia dice en Mateo 6:24: Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
3.Amar a Dios es obedecerlo.
La Biblia dice en 1 Juan 2:5: Pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.
4.Amar a Dios es no amar al mundo.
La Biblia dice en 1 Juan 2:15-17: No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
5.Amar a Dios es amar al prójimo.
La Biblia dice en 1 Juan 4:7-8: Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
6.El amor es la seguridad de estar en Dios.
La Biblia dice en 1 Juan 4:16: Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.